miércoles, 9 de junio de 2010

Estrategia P. chiapensis.


El siguiente es un proyecto que ya se ha estado trabajando en años anteriores, y su principal finalidad es proponer una alternativa de rescate de una especie que esta en riesgo según la NOM-059-SEMARNAT-2001, esta estrategia puede ser replicable en otras especies, y se considera un proyecto autosustentable ya que existen diversas fuentes de financiamiento a explotar en los diversos sectores.



ESTRATEGIA PARA LA RECUPERACIÓN, CONSERVACIÓN Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DE Pinus chiapensis MEDIANTE LA INTEGRACIÓN DE  una cadena productiva en la región de Teziutlán, PUEBLA.

Resumen Ejecutivo

 

Introducción

 

En años recientes la cubierta forestal a nivel mundial se ha reducido drásticamente como consecuencia de las actividades antropógenas, mismas que se deben al crecimiento exponencial de la población humana y sus necesidades. Dado lo anterior no es raro encontrar que los hábitats de muchas especies se han reducido y por tanto éstas se encuentran en riesgo. Es por ello que actualmente los esfuerzos en la toma de decisiones deben ser encaminados en virtud de ofrecer a la población un medio de subsistencia digno que satisfaga sus necesidades sin poner en riego los recursos naturales.

 

Una de las estrategias ecológica, económica y socialmente más viable que contribuye sustancialmente al mejoramiento de la calidad de vida sin poner en riesgo los ecosistemas, es el manejo forestal. Sin embargo, en México ésta disciplina se ha visto afectada por las políticas conservacionistas de las últimas décadas, así como la insuficiente capacitación de la población en materia de aprovechamiento forestal y su legislación. Esta situación ha influido para que en nuestro país, de los 21.6 millones de hectáreas que existen con potencial de aprovechamiento forestal, sustentable, únicamente se aprovechan de manera ordenada alrededor de  8.6 millones de ha.

 

En lo que respecta al Estado de Puebla, se cuenta con una superficie de 190 mil hectáreas con potencial comercial para aprovechamiento de recursos forestales maderables, de las cuales sólo el 19% cuenta con programa de manejo forestal autorizado.

 

En la región de Teziutlán se desarrollan varias especies de interés comercial, entre las que destaca el acalocote (Pinus chiapensis) que se distribuye ampliamente en la región, sin embargo, debido al cambio de uso del suelo para diversos fines, así como a la falta de fomento para incrementar sus existencias, actualmente la superficie que cubren sus poblaciones naturales se ha reducido drásticamente, razón por la cual, esta catalogada como una especie en riesgo según la NOM-059-SEMARNAT-2001.

 

Cabe señalar que según el Programa Estratégico Forestal (PROEDEFOS) las regiones donde las tasas de deforestación tienden a bajar, coinciden con los terrenos que han estado bajo manejo autorizado en los últimos 20 años, y donde la silvicultura se ha convertido en una alternativa de desarrollo, incrementando los niveles de ingreso y empleo, por ello es importante fomentar este tipo de aprovechamiento.

 

En años recientes se han realizado investigaciones que demuestran que P. chiapensis es de rápida regeneración y que presenta excelentes incrementos en condiciones naturales, alcanzando la talla comercial alrededor de los 25 años; existe también un modelo volumétrico fustal aplicable a los bosque naturales, que se encuentra en etapa de validación. (Melchor et al., 2007)

 

En este contexto, es de nuestro interés el promover la conservación y aprovechamiento de la especie, mediante la investigación aplicada; sensibilización de la población sobre el manejo sustentable de la misma y recuperación del hábitat, para lo cual se propone la integración de una cadena productiva que inicie con la obtención de semilla certificada mediante la creación de áreas y huertos semilleros, y, que culmine con la elaboración y comercialización de muebles prefabricados de madera certificada de P. chiapensis; garantizando de manera implícita, el compromiso de restaurar la superficie que anteriormente ocupaba el bosque natural de la especie.

 

Antecedentes

 

A la fecha, existe información sobre algunos aspectos ecológicos, productivos y diferenciación genética para Pinus chiapensis; sin embargo éstos se han generado de manera aislada y para condiciones particulares en algunas regiones de su distribución natural; mientras que en aspectos como colecta y conservación de germoplasma, así como en la evaluación de su regeneración, hay un vacio de información lo cual no ha permitido que exista un programa de conservación y/o protección para la especie.

 

En Puebla la especie se distribuye en la mayor parte de la Sierra Nor-Oriental donde destacan los municipios de Atempan, Atlequizayan, Chignautla, Cuetzalan, Huehuetla,  Hueyapan, Hueytamalco, Hueytlalpan, Huitzilan, Ixtepec, Jonotla, Nauzontla, Olintla, Teteles de Avila Castillo, Teziutlán, Tlatlauquitepec, Xiutetelco, Xochitlán de Vicente Suárez, Yaonahuac, Zacapoaxtla, Zapotitlán de Méndez, Zongozotla y Zoquiapan; el rago altitudinal va de 800 a 1800 metros sobre nivel del mar. El clima de su área de distribución es subtropical húmedo, con promedios de precipitación anual de 1550 a 2500 mm y temperatura promedio anual de 18 a 23 ºC. Los tipos de suelo donde prospera son los andosoles y alfisoles, con excelente drenaje, de textura areno-arcillosos y arcillo-limosos; con pH de 4.5 a 6.0 y más de un metro de profundidad. Así mismo, no tolera periodos prolongados de sequía, sobre todo en las primeras fases de establecimiento. Se sabe que no es resistente a los incendios forestales y que es parcialmente tolerante a la sombra, en su estado juvenil; sin embargo para que las plántulas emergidas sobrevivan, deben tener acceso a 20 % de intensidad luminosa.

 

 

Descripción de la especie.

 

Los árboles adultos alcanzan una altura de 25 a 35 m o más, con diámetro normal que varía de 60  a 95 cm como mínimo y 1.5 m como máximo; su fuste es recto y ocasionalmente bifurcado en árboles sin manejo, con ramas extendidas que a veces cubren mas de  dos tercios  del tronco, lo  cual forma  copas  densas  en  forma  piramidal  o cónica.

Su corteza es de color café oscuro a castaño grisáceo, lisa a poco fisurada de superficie irregular, de 2 cm de espesor. En árboles jóvenes, en la parte superior del tallo y ramas es lisa y de color grisáceo a  verde grisáceo; la parte baja  del tallo es áspera, rugosa y escamosa, desprendiéndose y con fisuras verticales largas y poco profundas.

Sus hojas están en fascículos de cinco acículas, persistentes por  dos o tres años, aglomeradas en el extremo de las ramillas, erguidas o poco extendidas, triangulares de 7.5 a 13 cm de longitud, muy delgadas y finas, flexibles, colgantes, de 0.6 a 0.9 mm de ancho, de color verde  encendido a verde amarillento y glaucas en las caras internas, de borde aserrado y ápice muy agudo (Dvorak et al., 2000).

Los cuerpos fructíferos o conos, en su etapa juvenil son laterales, erectos, subcilíndricos o cilíndrico-acuminado, ahusados hacia ambos extremos, de 4 a 8 mm de largo y  de 2 a 3  mm de ancho,  usualmente agrupados  de  manera  terminal  de  20  a  30,  con  pedúnculos  muy  largos  y  delgados, alrededor de 10 a 25 mm o más de longitud, de color gris. Los conos maduros se presentan solitarios y a menudo en grupos de dos y tres, colgantes, cilíndricos a ovoide-oblongos cuando abren,  ligeramente ahusados en el ápice, muy resinosos,  de  10  a  15  cm  de  largo  y  de  color  café  amarillento  pálido,  con pedúnculos largos, débiles y encorvados de 28 a 35 mm de longitud; cuando maduran diseminan la semilla  inmediatamente  y  se  desprenden  rápidamente;  escamas  del  cono  de  40  a  100, muy delgadas, flexibles,  de 25 a 30 mm de longitud y de 12 a 19 mm de ancho, con apófisis  delgada,  rómbica,  obtusa,  con las  escamas  basales  no  recurvadas  y  con  punta redondeada,  umbo  terminal  y  obtuso,  resinoso,  usualmente  curveado,  sin  espina,  con márgenes de la escama delgados y ondulados. Su semilla es ligeramente de forma triangular, café oscuro, de 5 a 9 mm de largo y 4 a 8 mm de ancho, de  testa  frágil  y  delgada, provista  de  un  ala  adnada  en  su base, bien desarrollada,  café oscuro con estrías longitudinales, de 25 mm de longitud y 5 a 7 mm de ancho, cotiledones de 6 a 10.

En México y en condiciones de bosque natural, P. chiapensis alcanza incrementos medios de 2 a 2.17 cm en diámetro y de 0.83 a 1.0 m en altura, razón  por la  que se considera  un  árbol  de  rápido  crecimiento  (Wright  et al., 1996; Sánchez y del Castillo, 2001).  En Oaxaca, algunos modelos de crecimiento utilizando la relación diámetro-edad, han  estimado  que  un  rodal  de  una  calidad  de  estación  I  (calidad  rica)  con  una  edad promedio de 50 años, puede tener en promedio 239 árboles ha-1, con diámetro normal de 42.5 cm y una altura de 38.53 m, lo cual representaría una  producción en volumen  de 562.7 m3 ha-1 y una productividad de 11.25 m3 ha-1 año-1, que cada árbol produzca 2.35 m3 de madera y que en un  transcurso  de 10 años (de 40 a 50 años de edad)  puedan extraerse  alrededor  de  50  árboles  ha-1,  sin  que  se  altere  la  productividad  de  la  masa (Sánchez y del Castillo, 2001).

Por su parte, Melchor y Rodríguez (2007) en un estudio sobre la productividad de la especie en plantaciones establecidas en Veracruz y Puebla, determinaron que el índice de sitio se redujo a 25 años, debido a que en esta región la especie presenta un crecimiento más rápido, lo cual contrasta con los resultados obtenidos por Sánchez y del Castillo (2001). Así mismo, Melchor et al. (2006), generaron una tabla para estimar el volumen de árboles en pie para poblaciones naturales de la especie en la misma región, determinando que la ecuación obtenida es valida para zonas con condiciones similares en cuanto a suelo, clima y conformación del arbolado semejantes.

Actualmente, debido fundamentalmente a cambios de uso del suelo en su área de distribución en los estados de Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, presenta una población disyunta ocasionada por la disminución y fragmentación de sus poblaciones, razón por la que se encuentra ahora con estatus jurídico para su protección y conservación.

La fragmentación del ecosistema en unidades de vegetación pequeñas y aisladas, tiene efectos negativos sobre su dinámica ecológica y evolutiva. Al respecto, Martínez (1998) en su estudio realizado en Oaxaca, encontró que en los fragmentos de poblaciones evaluados, la emergencia y establecimiento de nuevos individuos bajo el sotobosque es poco frecuente, además que la capacidad de P. chiapensis para crecer y adaptarse en otros ambientes es limitada, incluso en aquellos similares a su habitat natural. Esta baja producción de renuevos puede estar ligada a problemas de endogamía, a su vez producido por lo reducido de las poblalciones de P. chiapensis. El mismo autor menciona que la disponibilidad de hábitat y las interacciones abióticas, son los aspectos más importantes para determinar la distribución de la especie, por lo que un mayor conocimiento sobre la adaptación de ésta a la reducción y aislamiento de sus poblaciones, ayudará a trazar estrategias para su conservación in situ.

Respecto  a  los  esfuerzos  para  la  conservación de  la  especie,  estos  han  sido  realizados principalmente de manera ex-situ por el CAMCORE (Central América and México Coniferous Resources Cooperative), ya que realizó colectas de germoplasma en los años 80’s, desarrollando posteriormente estrategias de evaluación a través de ensayos de progenies-procedencias en diversos países, que al momento actual se encuentran ya como plantaciones de segunda generación y con producción de semilla (Dvorak et al., 2000). Desafortunadamente en México no se establecieron ensayos con éxito y el germoplasma original depositado en Estados Unidos se ha deteriorado.

Por otra parte, el conocimiento de aspectos reproductivos son poco conocidos, condición que pone en riesgo su permanencia en el Bosque Mesófilo de Montaña. En P. chiapensis  poco se sabe de los aspectos reproductivos de la especie, particularmente sobre la productividad de semillas y su relación a la fragmentación de sus poblaciones (Perry 1991; Dvorak et al. 2000).  Si bien existe alguna información sobre la baja germinación de las semillas, nada se ha realizado para determinar si los valores germinativos son parecidos entre y dentro (entre árboles) de poblaciones, más aún si algunas prácticas pueden mejorar la viabilidad de las semillas. El determinar que poblaciones presentan baja producción y baja germinación, permitirá recomendar algunas prácticas para conservar esas poblaciones.

En este sentido, Newton et al. (2002), señalan que no se ha desarrollado ningún plan integral para la conservación de P. chiapensis en el sur de México, existiendo solo una restricción para su aprovechamiento; y que de no tomarse medidas para su conservación y fomento, mucha de la fuente de los genes de esta especie desaparecerá; por lo que la protección de las poblaciones existentes es requerida urgentemente para mantener a la especie como un recurso viable.

El lo que respecta a la producción maderable en el país para finales del año 2004 se observó una tendencia al alta de las importaciones de madera aserrada en México mientras que las exportaciones se mantuvieron estables siendo éstas en su mayoría muebles, marcos y molduras, por lo anterior se deduce que México ha pasado de ser un país productor de materias primas forestales maderables a uno importador.

 

Dada la anterior problemática uno de los principales cometidos del gobierno federal ha sido impulsar la creación de cadenas productivas forestales que disminuyan la balanza negativa de país. En este año se han integrado 48 cadenas productivas en el territorio nacional, mientras que en el estado de Puebla se han integrado 4 en las regiones de Chignahuapan, Teziutlán, Tehuacán y Serdán. Se ha observado que mediante la integración de dichas cadenas se ha incrementado la producción de madera aserrada así como sus productos finales y ha aumentado el interés de la población por incorporarse bajo el esquema legal al manejo forestal sustentable.

 

En la actualidad en la región de Teziutlán se cuenta con un área semillera de P. chiapensis registrada, que no satisface las demandas de la región, por ende la problemática radica en la dificultad de los productores para conseguir planta con registro, este hecho aunado al desconocimiento sobre la reproducción de la especie y las limitaciones que implica obtener un registro para el aprovechamiento de la especie según la normatividad vigente ha fomentado la tala clandestina, así como un decremento en el interés de los productores de establecer unidades de manejo de la vida silvestre.

 

Objetivo General

 

·      Desarrollar una estrategia para la recuperación, aprovechamiento sustentable y conservación de Pinus chiapensis, mediante la integración de una cadena productiva en la región de Teziutlán; Puebla.

 

Objetivos Particulares

 

·      Fomentar el interés de la población en la conservación y restauración del hábitat de la especie mediante el manejo sustentable de la misma y el incremento del valor agregado de los productos de la especie. 

·      Desarrollar investigación aplicada que fortalezca la conservación y manejo de la especie así como cada uno de los eslabones de la cadena.

·      Reintroducir la especie en las zonas donde solía distribuirse de manera natural y que cuyas poblaciones se han reducido o desaparecido.

 

Metas

·      Realizar 5 talleres regionales de sensibilización de la población sobre la situación actual de P. chiapensis.

·      Validar el modelo volumétrico fustal aplicable a los bosque naturales de la especie (Melchor y Rodríguez, 2007)

·      Establecer al menos 3 rodales semilleros en la región, para la producción de semilla de origen registrado que abastezcan a los viveros que actualmente producen la especie, y que provean la semilla para realizar estudios relacionados con la reproducción de la especie que permitan tener un conocimiento más amplio para el manejo de la misma.

·      Registrar la mayor cantidad posible de plantaciones y de aprovechamientos en bosque natural de P. chiapensis, con la finalidad de fomentar la cultura del manejo sustentable de la especie.

·      Registrar el 100% de los viveros que pretenden incorporar la producción de la especie.

·      Instalación y registro de 2 viveros más en la región que produzcan únicamente  la especie.

·      Reintroducir la especie y en caso de ser necesario realizar obras de restauración en al menos un 30% de la superficie donde solía distribuirse la especie.

·      Disminuir la tala ilegal mediante el fomento de la cultura de manejo sustentable.

·      Fomentar una cadena de custodia para el manejo adecuado de la especie.

·      Realizar campañas de concientización para el consumo responsable de los productos derivados de la especie.

 

Descripción del Proyecto

 

Dadas las características del proyecto se ha desglosado en 9 etapas las cuales consisten en:

 

a)    Talleres regionales de sensibilización de la población sobre la situación actual de P. chiapensis. (Duración 3 meses) En esta etapa se buscará coordinarse con los principales municipios y comunidades para la difusión y realización de los talleres, dichos talleres serán orientados al público general.

b)    Detección y sensibilización de grupos de interés. (Duración 6 meses) En esta etapa se designará un equipo de trabajo, que detectará, capacitará y evaluará a los productores forestales interesados en el proyecto y que cuenten con la capacidad de desempeñar correctamente su papel dentro de la cadena así como los posibles compradores, así mismo se detectará a los productores que ya cuenten con programas de manejo autorizados y se les invitará a formar parte de la cadena.

c)    Elaboración de planes de Manejo. (Duración 7 meses) En esta etapa se elaborarán e ingresarán ante SEMARNAT lo planes de manejo de vida silvestre para la creación de Áreas y Huertos Semilleros, Viveros, Plantaciones Comerciales y Manejo en bosque natural, los cuales deberán cumplir con lo establecido por la ley de vida silvestre, su reglamento, normas oficiales mexicanas vigentes y demás instrumentos aplicables, el producto final en esta etapa es la obtención de las autorizaciones de los planes de manejo.

d)    Instalación y equipamiento de viveros. (Duración de 3 a 6 meses) En esta etapa se realizará la instalación de 2 viveros destinados a la producción de planta registrada de P. chiapensis con el germoplasma recolectado de los huertos semilleros.

e)    Campañas de Reintroducción y restauración. (Duración 5 meses) En esta etapa se realizarán campañas de reintroducción de la especie así como de restauración del ecosistema de P. chiapensis en coordinación con los municipios, los productores interesados y la población en general.

f)      Creación de la cadena de custodia. (Duración 6 meses) En esta etapa se consolidará y se buscará el correcto funcionamiento de la cadena de custodia con el fin de asegurar el buen manejo de los productos.

g)    Equipamiento de Aserraderos y Centros de transformación de materias primas forestales, así como diseño de muebles prefabricados. (Duración 6 meses) Durante esta etapa se diseñarán los muebles prefabricados y se adquirirá el equipo necesario para equipamiento y modernización un aserradero así como dos talleres que serán destinados a la transformación de madera en rollo al producto final que son los muebles prefabricados y se solicitará la autorización de funcionamiento de los centros de transformación y almacenamiento de materias primas forestales respectivo ante SEMARNAT.

h)    Campañas de concientización para el consumo responsable de los productos derivados de la especie. (Permanente) Las campañas se realizarán de forma permanente mediante spots de radio y televisión así como artículos en revistas y periódicos locales.

i)      Producción y comercialización del producto final. (Constante) Se creará un área encargada de inspeccionar el correcto funcionamiento de la cadena productiva así como de comercializar los productos, y de asesorar a los integrantes de la cadena.

 

Bibliografía consultada

 

Dvorak W. S., Gutiérrez E. A., Osorio L. F., Van der Merwe L., Kikuti P. and K.  Donahue. 2000. Pinus chiapensis. In: Conservation & testing of tropical & subtropical forest tree species by the CAMCORE Cooperative. College of Natural Resources. NCSU. Raleigh, NC, USA. pp: 34-51.

 

Martínez C. N. 1998. Atributos poblacionales y reproductivos de Pinus chiapensis en Chiapas, México. Anales del Instituto Biología. Série Botánica 69(2):119-134.

 

Melchor M. J. I., Rodríguez A. M. y A. E. Romero H. 2006. Modelo volumétrico fustal aplicable a bosques naturales de Pinus chiapensis (Mart.) Andresen. Ficha Tecnológica. Centro de Investigación Regional del Golfo Centro. INIFAP. Veracruz, México. 3 p.

 

Melchor, M. J. I. y  M. Rodríguez A. 2007. Indice de sitio y tabla de volumen fustal para Pinus chiapensis (Mart.) Andresen en Puebla y Veracruz. In: Avances en la Investigación Agrícola, Pecuaria, Forestal y Acuícola en el Trópico Mexicano 2007. Libro Científico No. 4. Veracruz, México. pp. 303-312.

 

Newton A. C., Allnutt T. R., Dvorak W. S., Del Castillo R. F. and R. A. Ennos. 2002. Patterns of genetic variation in Pinus chiapensis, a threatened Mexican pine, detected by RAPD and mitochondrial DNA RFLP markers. Heredity 89: 191–198.

 

Sánchez N. M. Y R. Del Castillo. 2001. Calidad de estación para Pinus chiapensis (Mart.) Andresen en El Rincón, Oaxaca, México. Foresta Veracruzana 3(2): 9-12.

 

Posmodernidad y crisis ambiental. Breve ensayo. (Estrada, 2008)

"...la moda ha estetizado e individualizado la vanidad humana, ha conseguido hacer de lo superficial un instrumento de salvación, una finalidad de existencia."
(Lipovetzky, 1990)

La posmodernidad se caracteriza por esa marcada individualidad del ser humano, por los patrones de consumo cada vez más inmersos dentro de las tendencias del capitalismo neoliberal y la globalización.

El individuo ha dejado de ser parte integral y funcional de un grupo, depende cada vez más de los bienes desechables, que proveen la comodidad tan anunciada y proclamada por el dios todo poderoso de los medios masivos de comunicación. Se ha convertido en el protagonista y espectador de su propia existencia, siendo partícipe cotidiano de Big Brother, La Academia, y demás reality shows. Es un obra de arte pop viviente, un prototipo moldeado y producido en serie, ha perdido su personalidad individual para formar parte de tendencias globales, que estandarizan patrones de conducta y estética.

En la era posmoderna la identidad nacionalista se diluye, no hay lugar para patriotismos heroicos, comienzan a aparecer tribus urbanas que representan ideales prefabricados y se distribuyen en cada rincón del planeta, siendo representantes de una corriente, más no de un país o nación. Los líderes son elegidos por el carisma y la eficacia con que conquisten los medios de comunicación, dejando atrás las ideologías por eslóganes.

¡Ah, la sublime era posmoderna!, es ahí donde nos encontramos hoy, por ello no es raro hallarnos en el borde de la crisis ambiental y escasez de recursos, al enfrentarnos a un consumo ilimitado de productos desechables, que han sido proclamados como indispensables por la mercadotecnia; al contar con líderes que a falta de conciencia colectiva y exceso de interés personal, deciden vender los recursos de una nación al mejor postor; y al ser un conglomerado de seres individualistas carentes de criterio propio.

La dinámica de poblaciones y recursos es evidente, tal como lo señala Thomas Malthus (1766-1834) en su Ensayo sobre el principio de la población (1798), la población humana crece en progresión geométrica, mientras que los recursos lo hacen en progresión aritmética, es decir que la población humana aumenta más rápidamente y en mayor medida de lo que lo hacen los recursos. Citando un ejemplo, si colocásemos en un medio de cultivo óptimo bacterias, y las matuviéramos con las condiciones de temperatura adecuadas y libres de depredadores o agentes que pudieran mermar su reproducción o supervivencia, agregando de forma constante la misma cantidad de nutriente, la población se incrementaría de manera exponencial, hasta llegar al punto de que la población será tan elevada que el recurso no sería suficiente. Es entonces cuando pueden ocurrir dos fenómenos, a) La Población se estabiliza y sólo sobreviven aquellos individuos que puede soportar el medio, o b) La Población se extingue.

Una vez aclarados los puntos anteriores y tomando en cuenta que al planeta tierra ninguna fuente externa le esta suministrando "nutrientes adicionales" cada determinado tiempo, sino que los recursos se sujetan a procesos internos y que son limitados, adivinen ¿Qué sucederá con los seres insignificantes que somos los humanos?

La única opción que nos queda es recurrir a estrategias de sustentabilidad y de consumo responsable, y disminuir nuestra tasa de crecimiento poblacional, puesto que según estudios de la Fundación Mundial de Vida Silvestre (WWF) hasta el año 2003 la superficie ecológicamente productiva que requería un ser humano para satisfacer sus necesidades básicas era de 1.2 Ha per cápita (actualmente debe andar por las 0.7 Ha), esto sin contar los lujos.

Dejemos atrás la era posmoderna, es imperante que tengamos conciencia de que no somos tan autosuficientes como individuos aislados, y que nuestras acciones repercuten no sólo en quienes nos rodea, sino al cabo de los años en nosotros mismos y nuestros descendientes.